El travertino es una piedra caliza sedimentaria formada por la precipitación de carbonato de calcio en aguas termales y subterráneas. Se encuentra en regiones con actividad geotérmica, como Italia, México, Turquía y otros países.

El travertino ofrece una combinación única de belleza natural y durabilidad. Su variedad de tonalidades y texturas permite una amplia gama de opciones de diseño. Además, es resistente a la abrasión y al desgaste, lo que lo hace ideal para su uso en suelos y superficies de alto tráfico.

Aunque el travertino comparte algunas similitudes con el mármol y el granito, como su origen natural, cada piedra tiene características distintivas. El travertino tiende a ser más poroso que el mármol y el granito, lo que puede hacerlo más susceptible a la absorción de líquidos. Además, su apariencia presenta patrones más suaves y orgánicos en comparación con las vetas más definidas del mármol y el granito.

Es importante evitar el uso de productos ácidos o abrasivos al limpiar el travertino, ya que pueden dañar su superficie. Se recomienda utilizar un limpiador suave y no abrasivo con pH neutro y agua tibia para limpiar regularmente las superficies de travertino. Además, sellar el travertino periódicamente puede ayudar a protegerlo contra manchas y daños.

El travertino es versátil y se puede utilizar en una variedad de aplicaciones interiores, incluyendo revestimientos de paredes, suelos, encimeras, chimeneas, baños y más. Su belleza natural y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos de diseño lo convierten en una opción popular para proyectos residenciales y comerciales.